El abogado Rodolfo Enrique Pérez González fue secuestrado el 21 de Mayo de 2010 por varios sujetos armados en la finca de sus padres, ubicada en el sector Agua Blanca en la vía que conduce a la población de Palmarito, estado Mérida. Estuvo en cautiverio cerca de seis días y cuenta como fue la experiencia durante ese tiempo.
─ Nadie sabe como actuará ante situaciones adversas o en donde se vea amenazada la seguridad propia. ¿Cómo reaccionaste ante el hecho en el que se privaba tu libertad?
Ellos cuando ya están dentro de la casa; pues cuando ya me van a llevar, ahí yo tenía mi mente como en standby; como en blanco, porque todavía no reaccionaba ante la situación o al momento, pero si hay que tener una especie de cautela o estar totalmente calmado; tratar de estar calmado porque es una situación desesperante. Ya el estar calmado te da una herramienta de que no le vaya a pasar nada a tu integridad física, y hacer caso en todo lo que te digan porque no sabemos como van a actuar ellos; si están drogados o influenciados por algo. Más que todo es eso; estar calmado y hacer todo lo que te dicen.
─ ¿Qué pensamientos, recuerdos o emociones se evocaron en ti durante esa situación?
Bueno; primero temor, mucho temor. Los pensamientos; mi familia. Es una impotencia que se te crea, al saber que no puedes hacer nada; no puedes avisar a nadie. Pero si fue mucho el temor.
─ ¿Cómo fue el trato por parte de los captores? ¿Se mostraban agresivos o eran neutrales?
Eran neutrales. Los que me estaban cuidando me prestaron algo de apoyo, comida, comodidad, agua. Solo se colocaron agresivos una vez, pero fue porque yo me quite la cadena que ellos me habían puesto en el tobillo y empecé a correr en un momento en que ellos estaban por ahí caminando por la selvita en donde estábamos. A lo que se dieron cuenta que yo había arrancado me empezaron a buscar y a los diez minutos me consiguieron, ahí me golpearon como dos o tres veces. La situación se puso tensa, pero ya después se fue calmando la cosa.
─ Durante el cautiverio, ¿Puedes describirnos como era el transcurrir de las horas y el ambiente en donde te encontrabas?
El ambiente era calmado, porque estábamos dentro de una pequeña selva y se escuchaban muchos ruidos como: vacas, carros que pasaban por ahí cerca, motosierras. Había que estar totalmente callado para que no descubrieran a los captores. Las horas pasaban súper lentas, eran interminables; por ejemplo: a ellos les daba mucha hambre; a mi no lógicamente, pero mas que todo lo que se hacia era comer y hablar muchas pistoladas; hablábamos de todo. Hasta me llegaron a decir que primera vez que tenían a un rehén tan amigable.
─ ¿Cómo era tu alimentación durante ese tiempo?
La alimentación fue algo abundante como agua, jugos, carne, etc. la mejor comida que tuve fue una parrilla que me dieron una noche, como a las dos de la madrugada aproximadamente. Carne, queso, buñuelos, entre otros. Dentro de lo que cabe, si estuvo buena la alimentación.
─ ¿Cuan flexibles o permisivos eran a la hora de cumplir tus necesidades?
Total. Ellos fueron colaboradores en eso, me dieron mis herramientas para hacer mis necesidades como papel sanitario. En esos siete días me bañe una sola vez y fue bajo la lluvia; me dieron una jaboncito, crema dental y un cepillo. Pero de resto, si fueron colaboradores.
─ Cuando se conoció acerca de tu secuestro, la reacción fue inmediata por parte de tus familiares, amigos y conocidos. Siempre se mostraron partícipes y colaboradores al conocer tu situación. ¿Qué les dices a ellos o que mensaje les envías? ¿Crees que de alguna forma sus oraciones fueron escuchadas?
Estoy súper convencido que la oración mueve montañas, cuando la oración existe sucede algo fuerte y se convierte en un milagro. Mi mensaje a todas las personas, es de total agradecimiento, cien por ciento agradecido por haber colocado un granito de arena para que todo saliera satisfactoriamente y se resolviera como Dios manda. Estoy a la orden también por si ocurre algo semejante dentro de la comunidad y si hay algo en lo que yo pueda aportar; estoy totalmente a la orden.
─ El secuestro de una de las actividades delictivas que posee un alto índice en Venezuela, es sabido también que actualmente se encuentran muchas personas en cautiverio, por ello; ¿Qué mensaje le envías a esas personas que se hallan privadas de libertad? y ¿Qué le dices a sus familiares?
Para las personas que están secuestradas: mucho valor, mucha calma, mucha paciencia y orar bastante, pero yo creo que lo principal es la paciencia, porque las horas son interminables y a veces el desespero te conlleva a hacer cosas; como lo que hice y lleve golpes por eso. A sus familiares, mucha delicadeza con respecto a la negociación, hacerles caso a todo lo que ellos digan. Ellos no pierden nada en matar a un secuestrado y después ir por otro; ellos tienen prácticamente un listado de las personas que pudiesen secuestrar. Los familiares tienen que armarse de valor, porque cuando les toca buscar el dinero para el pago, tienen que hacerlo muy bien o saber hacer bien las cosas.
─ ¿Qué fue lo que mas anhelaste o extrañaste mientras te hallabas secuestrado?
Mi familia indudablemente. Karin, mi esposa y la bebé, cada vez que pensaba en la bebé me estallaba en llanto. Mi familia primero que todo; lo demás viene solito.
─ Cuando viste que ya te encontrabas en libertad. ¿Qué fue lo primero que hiciste o dijiste a tu familia cuando estaban ahí esperándote?
En realidad yo llegue a ver a mi familia al día siguiente (padres) porque ellos estaban aquí en Maracaibo. Cuando me dejan libre yo salgo de la selvita a la carretera, mire una luna súper iluminada, después intente parar unos vehículos pero no paraban por seguridad. Uno de esos vehículos era policía y me reconoció, después me llevaron al comando, al rato fue que llegó mi esposa con la bebe y mi suegra, eso fue una emoción bárbara al ver que los tienes cerca de ti, full emoción.