Muchos jóvenes de hoy día, son a veces presa de la indecisión a la hora de poder saber que les gusta y que desean estudiar en una universidad. Dado que no logran descubrir que es lo que quieren, llegan a un momento en que se hallan frustrados, y es ahí cuando adoptan una postura en la que dicen: “Voy a estudiar algo fácil”. Pero en realidad no se dan cuenta que por lo que se decidieron puede resultar muy difícil.
Estos casos son conocidos mayormente no mediante estudios, sino que sencillamente los conocemos mediante lo que se escucha y vemos en el día a día. Pero pareciera que para estos jóvenes, lo único que les parece fácil estudiar en una universidad es: Comunicación Social y/o Educación. Es algo que tiene su complejidad, pero para quienes les parece fácil son ciegos ante tal carga y compromiso de obtener un titulo de las carreras arriba mencionadas.
Resulta pues que la Comunicación social y la Educación se presentan como un binomio, en la que una se vale de la otra y viceversa, pues en la ética de un comunicador está la obligación de educar y en la de un educador, la de comunicar y hacer llegar el conocimiento a toda persona, de manera que sea universal el entendimiento. Es por esto que ambas carreras son humanamente excelsas.
El periodista de hoy día, debe vivir constantemente de manera activa, pero no ubicado siempre delante de las cámaras (televisión) o de un micrófono (radio) sino más bien, estar en el origen de la noticia, en el lugar de los hechos, de hacer su investigación in situ. El comunicador debe saberlo todo y si no lo sabe debería investigarlo; si existe muchas personas cultas, la mayoría deberían ser periodistas.
El periodista de hoy día, debe vivir constantemente de manera activa, pero no ubicado siempre delante de las cámaras (televisión) o de un micrófono (radio) sino más bien, estar en el origen de la noticia, en el lugar de los hechos, de hacer su investigación in situ. El comunicador debe saberlo todo y si no lo sabe debería investigarlo; si existe muchas personas cultas, la mayoría deberían ser periodistas.
Es la formación lo que hace al periodista; mas no la información que este da, pues en ella es que se aprende a utilizar las herramientas necesarias para el desempeño y la magnificencia en tal labor. Sólo el tiempo; en conjunto con la experiencia, se encargará de demostrar si de verdad se nace para cumplir con el rol del verdadero comunicador social.
Debido al gran avance que han tenido las tecnologías de la información y la comunicación, se aprecia la falta de interés; por parte de algunos periodistas, de siempre ir al origen de las cosas, con el fin de establecer en concreto lo que sucedió. Pues piensan que todo siempre lo tendrán a la mano y que dispondrán de un tercero para contarles lo que sucedió.
El periodista debe presentarse ante los demás, como una de las personas más humildes, ya que mediante ese afecto se pueden ir construyendo las bases de todo comunicador social; es ahí cuando nace la relación entre la comunidad y su vocero. La persona que haga caso omiso a su comunidad, es considerada como un traidor de su profesión.
Entre los instrumentos que se cuentan como necesarios a la hora de ejercer o laborar, no pueden ser medidos de acuerdo a su alta tecnología; pues estos aparatos disminuyen la actividad mental y retentiva, acostumbrando a la mente a ser siempre apoyada por algo externo a la formación que tenga cada periodista. En el verdadero esfuerzo del trabajo se encuentran resultados muy gratificantes. Tan sólo con una libreta de notas, lápiz y la disposición para investigar, organizar y redactar la noticia es suficiente para poner en prueba y demostrar en realidad el perfil de un periodista. No obstante, las nuevas tecnologías son el instrumento de medio por el cual hacen circular sus investigaciones, noticias o reportajes, más no para plagiar alguna información y considerarse como propia.
En conclusión, el egresado de la carrera de comunicación social, en cualquiera de sus menciones, está en la obligación de mantener siempre en claro que sólo esta para servir a su comunidad; a manera de que sea bien visto ante ellos. La humildad con la que realiza su trabajo y el no alardear de lo que sabe está el verdadero éxito del comunicador. El comunicador social no es la persona que más habla, sino aquella que sabe hablar cuando tiene que decir.
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