lunes, 2 de julio de 2012

¿Batalla de ideas o lucha de intereses?


    ¿A quién le gusta que le critiquen y hablen sólo lo malo que una persona tenga?, puede ser que nadie. ¿A que periodista le gusta sentirse limitado y obligado en el quehacer de su trabajo?, a ninguno (a menos que se beneficie lucrativamente). De esto se trata la disputa que mantiene el actual Gobierno venezolano contra los periodistas y medios que intentan hacer un periodismo que se base en la búsqueda de la verdad. En los últimos ocho años han crecido considerablemente los roces entre ambas partes, en donde no pareciera existir alguna tregua, sino por el contrario, se acentúan cada vez más las hostiles relaciones entre Gobierno y periodistas.

    “No hay nada más peligroso que la verdad”, así lo ha reconocido hasta el mismísimo presidente de la República Hugo Chávez. Esto conlleva a pensar que la supuesta verdad que muestra él, no es la más acertada y que detrás de esa, existe una verdadera a la cual el Presidente le tiene miedo. De ahí nace su afán por controlar y cercenar parte de los profesionales de la comunicación que se encuentran en la búsqueda de la verdad.

    Debe ser mucho el valor que tengan los periodistas para enfrentarse a la dura realidad venezolana pues el Estado no garantiza su protección, y más bien por el contrario, se usan las fuerzas de orden público para arremeter y hasta callar el trabajo que intentan cumplir los periodistas, el cual es informar. ¿El caso mas reciente?, la cobertura que hacían periodistas de Globovisión en La Planta, cuando efectivos de la Guardia Nacional arrebataron de manera agresiva la cámara del canal y devolviéndola después con daños.

    Resulta pues contradictorio, que los efectivos de seguridad no protejan a quienes buscan y promueven la información, sino que al contrario, parecieran ocultar algo. Se puede entender que los funcionarios no quieran dar las declaraciones pertinentes, pero que agredan y ocasionen daños a la propiedad ajena rebasa los límites de la libertad, de la que supuestamente estamos gozando todos los venezolanos.

    Si el gobierno venezolano, actúa bajo una fachada en donde dice que todo está bien, el periodista investigará para constatar que eso sea correcto, de lo contrario el comunicador social está en el deber y a su vez en su derecho de criticar y denunciar lo que no se está haciendo correctamente. Y es ahí el temor del gobierno en que periodistas revelen malas acciones, que puedan hacer temblar su permanencia en el gobierno. Mientras exista un lado oscuro del gobierno, también existirá un periodista “lámpara” que quiere revelar e iluminar aquello que se esconda ahí. De tal forma, dependerá de cada quien, en que su manera de actuar sea correcta o no, originándose entonces una interminable lucha de verdades o mentiras.

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