Y aquí estoy de nuevo escribiendo acerca de los extraños sueños que he tenido últimamente. Este sueño ha sido uno de los que más me ha marcado como persona, por el hecho de haber regalado una parte tan importante de mí a alguien cuya identidad nunca supe. También me llama la atención la gran cantidad de símbolos que se encuentran presentes y que quizás tratan de decirme algo. Quiero dejar en claro que haré uso de recursos literarios para darle forma a lo que soñé y que pueda ser entendido por todos los lectores.
"Me encontraba en la calle de alguna ciudad avanzada, marcada por sus incesantes colores metálicos y estrechas calles; muy organizadas y limpias por cierto. La oscuridad empezaba a arroparnos pues la noche caía suavemente atenuando cada vez mas la luz natural. Caminaba en compañía de alguien, no sabía si se trataba de un amigo o un familiar, pero sentía su fuerte presencia a mi lado y no me dejaba solo.
"Me encontraba en la calle de alguna ciudad avanzada, marcada por sus incesantes colores metálicos y estrechas calles; muy organizadas y limpias por cierto. La oscuridad empezaba a arroparnos pues la noche caía suavemente atenuando cada vez mas la luz natural. Caminaba en compañía de alguien, no sabía si se trataba de un amigo o un familiar, pero sentía su fuerte presencia a mi lado y no me dejaba solo.
"mis manos estaban totalmente ensangrentadas y brillantes" |
La persona que me acompañaba era testigo de lo que yo hacía, pero nunca se mostró impresionado y mucho menos me pidió detenerme. Mis dedos y uñas se abrían paso salvajemente sobre mi pecho, hasta que por fin logré la abertura necesaria. Seguidamente, introduje mi mano derecha para tocar y sentir en carne viva mi corazón, este aún latía a un ritmo acompasado.
Justo en ese momento, me armé del valor necesario para aferrar el corazón en mi mano y halarlo fuertemente hacia afuera; no tuve problema en sacarlo, pues el agujero en mi pecho era lo suficientemente grande. Después de admirar mi corazón entre mis manos y sentir que aún latía, se lo entregué a una persona a la cual no pude ver su rostro, pero que al parecer lo necesitaba.
Sentí una gran satisfacción de regalar mi corazón a alguien que lo necesitaba más que yo, sin saber que haría con él. Aún me encontraba con vida, pero me sentía como un "zombie" literalmente. La persona que me acompañaba, me ayudó a caminar hasta el hospital más cercano; seguidamente llegaron mis padres a verme.
El dolor que empecé a sentir desde ese momento, era tan real que era como si no estuviera soñando, se trataba de un gran vacío que empezaba desde mi pecho y llegaba hasta la parte baja de mi abdomen; era indescriptible. Los médicos me dijeron que sobreviviría sin ese órgano, pero que el resto de mi vida sería como un vegetal o como una persona a la que le hayan practicado una lobotomía o como un zombie.
Siendo así, me sentí satisfecho por haber hecho el bien sin mirar a quien, al haber regalado mi corazón. Y a pesar de que pasaría el resto de mi vida como un muerto viviente, sólo había algo que me preocupaba y que luego le pregunté a mi mamá: ¿Y ahora como terminaré mis estudios?"
Lea aquí: ¿Sueños o pesadillas? Parte I
"se lo entregué a una persona" |
Sentí una gran satisfacción de regalar mi corazón a alguien que lo necesitaba más que yo, sin saber que haría con él. Aún me encontraba con vida, pero me sentía como un "zombie" literalmente. La persona que me acompañaba, me ayudó a caminar hasta el hospital más cercano; seguidamente llegaron mis padres a verme.
El dolor que empecé a sentir desde ese momento, era tan real que era como si no estuviera soñando, se trataba de un gran vacío que empezaba desde mi pecho y llegaba hasta la parte baja de mi abdomen; era indescriptible. Los médicos me dijeron que sobreviviría sin ese órgano, pero que el resto de mi vida sería como un vegetal o como una persona a la que le hayan practicado una lobotomía o como un zombie.
Siendo así, me sentí satisfecho por haber hecho el bien sin mirar a quien, al haber regalado mi corazón. Y a pesar de que pasaría el resto de mi vida como un muerto viviente, sólo había algo que me preocupaba y que luego le pregunté a mi mamá: ¿Y ahora como terminaré mis estudios?"
Lea aquí: ¿Sueños o pesadillas? Parte I
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