viernes, 31 de octubre de 2014

Cómo hacer una lonchera en tiempos de escasez

“¡Mamá! ya es hora de ir a la escuela”, le dice el niño ansiosamente a su madre para que lo lleve rápido al colegio.

Ante el inicio de las clases, miles de niños se muestran ansiosos e impacientes por compartir con sus compañeritos, amigos y maestros. Se muestran alegremente sus nuevos cuadernos y libros; además de sus bolsos y loncheras nuevas con sus figuras decorativas y relucientes. En cambio, sus padres sólo se preocupan en qué alimentos colocar en la lonchera de sus hijos.

Aunque muchos resuelven con lo primero que se les ocurre, eso no está del todo bien, ya que el niño necesita de alimentos con suficientes valores energéticos que les permita desarrollarse y mantenerse durante las actividades físicas y psicológicas que tanto demanda un aula de clases; pero en tiempos de escasez, ¿cómo pueden resolver los padres?.

La nutricionista Rossimar González recomienda que el alimento del niño debe estar compuesto por un alimento de cada grupo; harina, proteína, fruta, vegetal y grasa en menor porción. “Un ejemplo de un menú podría ser una arepa (harina), más revoltillo (proteína) con cebolla o tomate (vegetal), más una fruta o jugo y puede llevar un poco de mantequilla. Otro ejemplo de un alimento balanceado puede constar de panqueca con zanahoria más queso o jamón y jugo de fruta”, dice la especialista.

Pero respondiendo a la pregunta antes planteada, la harina de maíz es uno de los rubros que difícilmente se pueden conseguir en los supermercados, es por esto que González invita a utilizar otros sustitutos como cereal en hojuelas, plátano, pan o avena, los cuales pertenecen al grupo de los carbohidratos. “Hay que seleccionar frutas que sean de fácil disponibilidad, es más fácil conseguir una fruta de nuestra región, por ejemplo mango, que una importada como el caso de la pera. La leche puede ser sustituida por el yogurt que es más fácil de conseguir”, explicó.

Aunque padres prefieren darles dinero a sus hijos, es necesario que estos deban ser orientados sobre qué alimentos comprar, ya que las chucherías pueden mostrarse como una tentación para ellos; se aconseja equilibrar la frecuencia con la que se les da dinero. Las cantinas deben ofrecer un menú balanceado que tenga los nutrientes necesarios para el niño; estas deben ser supervisadas por el Instituto Nacional de Nutrición.
Es importante resaltar que las bebidas carbonatadas y chucherías en exceso no son recomendadas para los pequeños de la casa, ya que estos elevan el nivel de azúcar del infante, ocasionando así la hiperactividad y en el peor de los casos obesidad.

“Muchas veces los padres por facilidad deciden comprar alimentos en la calle, como empanadas, pastelitos y tequeños, pero el exceso de grasas saturadas (frituras) es perjudicial e incide en el crecimiento y desarrollo de los niños”, explica González.

La preparación de una buena lonchera debe empezar en la concienciación sobre cuáles alimentos beneficiarán a los niños, no obstante las escuelas y cantinas deben promover una cultura alimenticia basada en menús nutritivos y equilibrados en harina, proteína, fruta y verdura.

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